Tras su gran triunfo en el Australian Open, Novak Djokovic no ha logrado un título de Grand Slam. Ahora ve en Wimbledon la oportunidad perfecta para seguir siendo el número uno del mundo y alejarse de sus perseguidores.
Foto: Reuters
En Roland Garros, Djokovic consiguió llegar a la semifinal al vencer a todos sus contrincantes, incluyendo a Grigor Dimitrov, con facilidad. En la semifinal le esperaba Rafael Nadal. El encuentro prometía ser trepidante, y no defraudó. En un despliegue de golpes perfectos y destrezas físicas ambos jugadores estaban a su mejor nivel, Djokovic mandaba las bolas a las líneas como si estuvieran imantadas, cruzaba reveses como solo él sabe hacerlo, llegaba a todo; su bola, profunda como siempre, habría roto cualquier defensa; pero en el otro lado no estaba cualquier tenista, estaba Nadal.
Al español había que ganarle el punto diez veces, nunca se daba por vencido, a las cuatro horas iba a por todo, y lo devolvía. Hacía passings increíbles y movía de lado a lado al serbio con su derecha liftada. Al final el partido duró casi cinco horas, cinco sets. 6-4,3-6, 6-1, 6-7 y 9-7. Novak, una vez más, no pudo con el rey de París.
Ahora, Novak Djokovic se prepara para su debut Wimbledon. Su tenis sigue intacto, su gran capacidad atlética no ha disminuido y sigue al frente de la clasificación. El año pasado cayó en semis frente a Andy Murray pero este 2013 es diferente y ‘Nole’ es consciente que si no campeona, mantener en número uno se complicará demasiado.
Texto: Juan José Alvarado
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